
Señor Director del diario LA NACION
Presente
De mi mayor consideración:
Me dirijo a usted con el objeto de manifestar nuestra airada sorpresa y refutar cuanto menos los desautorizados conceptos, ya ampliamente hechos por las investigaciones históricas y documentos que obran en poder de los estudiosos y publicados en innumerables libros, volcados en vuestra editorial del día 6 de diciembre pasado, “Absurdo tributo a un dictador”, relacionados con el máximo héroe de nuestra patria, el mariscal Francisco Solano López
Al respecto, lo absurdo es que en la Argentina se pueda retacear el homenaje, tanto tiempo postergado a nuestro héroe insultado en vuestra nota, sobre todo por su gran gesto solidario como paraguayo e indudable vocación de paz con los hermanos argentinos y latinoamericanos, al promover la unidad del gobierno de Buenos Aires con la Confederación de las Provincias, ante las señales inminentes de una segura guerra fratricida entonces, lograr la unidad de esta gran nación a través del pacto de San José de Flores(1859), donde el Paraguay fue garante y Solano López artífice indiscutible del hito que abriría un antes y un después para el desarrollo de la historia argentina.
Asimismo, grandes historiadores y pensadores argentinos, entre ellos, Juan Bautista Alberdi, León Pómer, José María Rosa, por citar algunos de los más conocidos, reconocieron y la nota menciona también, con la misma nobleza de espíritu y de justicia lo hizo recientemente la Presidenta electa Cristina Fernández de Kirchner, la infamia de la injusta guerra contra el Paraguay perpetrada por la llamada coalición de gobiernos, nunca de los pueblos hermanos argentinos, uruguayos ni brasileños, llamada Triple Alianza con un tratado secreto firmado con mucha antelación a los acontecimientos bélicos desatados posteriormente. Y el resultado no menos trágico, por todos conocidos, el aniquilamiento de alrededor 90% de la población, la ocupación militar casi pro 10 años de los aliados, negación de la soberanía, desmembramiento territorial y distribución discrecional de todas las tierras a manos privadas. Justamente, los aliados supuestamente el objetivo único era destituir a López y devolver la libertad a los paraguayos, que la verdad de la historia ha demostrado otros objetivos y otras razones.
Cuesta reconocer, pero causa estupor encontrarse todavía, después de 137 años de haber culminado aquella trágica contienda, con conceptos prefabricados por los instigadores de la guerra que sigan vigentes en la mente que no puede sacudirse los errores del pasado y apostar a un futuro de reencuentros entre verdaderos hermanos como somos. Los paraguayos desde el principio han demostrado muchos gestos de fraternidad con la argentina al fundar grandes ciudades de esta nación comlo Santa Fe, Corrientes y refundar Buenos Aires, como también alistarse en la defensa contra las invasiones inglesas y últimamente, haberse puesto a disposición para luchar por Las Malvinas. Cabe reconocer, la solidaridad permanente de la Argentina para los compatriotas desde hace muchas décadas y hasta la actualidad, donde gozan de todos los derechos y desarrollan sus vidas con absoluta normalidad.
Tampoco olvidarse, que hace muchísimos años el general Perón había devuelto los trofeos de guerra al Paraguay, sellando definitivamente el pasado vergonzoso y trágico para todos. Así lo hicieron también los jefes de estado del Uruguay, general Máximo Santos, y del Brasil, Getulio Vargas. Por lo tanto, cuestionar el merecido homenaje que recibe el mariscal López y el Paraguay todo al bautizarse un batallón del Ejército Argentino con su nombre, significa negarse a la evidencia de los hechos históricos del pasado, ya enumerado ampliamente, y del presente que nuestros países se desviven por consolidar y desarrollar un Mercosur que restañe para siempre la falacia de la división y enarbolar de una buena vez, la unidad de las naciones sudamericanas.
Por último, agradeciendo de antemano la publicación del derecho a la réplica, recordamos que al Paraguay no se conoce ningún antecedente expansionista y mucho menos de haber “pisoteado la bandera” de ningún país hermano, sin embargo fue victima en varias ocasiones de invasión como en la Revolución Comunera (1721-1735), la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) y en años previos a la Guerra del Chaco (1932-1935). Nuestro país se caracteriza por su hospitalidad infinita, reconocida por ilustres visitantes que dejaron testimonios en célebres memorias o escritos de viaje, incluso el mismísimo Faustino Sarmiento cuando precisó encontró refugio y asilo en nuestro país hasta su muerte.
Recordar también que los grandes pueblos de la humanidad, por ejemplo Alemania, Japón y otros, el mismo Santo Padre, han reconocido los trágicos errores de sus hombres y gobiernos en el pasado que cometieron barbaridades, hasta pidieron disculpas y perdón a las víctimas, para luego erigirse como naciones nobles que apuestan al futuro, a la fraternidad de los pueblos y los hombres. Por nuestra parte, agradecemos al pueblo y gobierno argentinos por este reconocimiento al mariscal Francisco Solano López que representó y galvanizó la increíblemente heroica resistencia del pueblo paraguayo en defensa de su libertad y que aún hoy resuena su dignísima última voluntad: “Muero por mi patria”.
Gilberto Ramírez Santacruz
Primer Secretario y Agregado Cultural
de la Embajada del Paraguay en Argentina
*Nota enviada en ocasión de publicarse el insultante editorial de La Nación de Buenos Aires y nunca publicada “por exceder en extensión para el espacio reservado para los lectores”, según el acuse de recibo del mencionado diario.
|